Eyacular sin orgasmo


Bien por una medicación, por ciertas patologías urológicas o por la búsqueda distinta del placer, para algunos hombres la eyección y el clímax se producen por separado

«Correrse», «irse» o «venirse», no siempre ocurre de la misma manera, ni significan las mismas cosas. Hay hombres que llegan al orgasmo sin eyacular, y otros que eyaculan sin tener una erección completa. A veces esto ocurre por problemas fisiológicos, otras como reacciones involuntarias, y en ocasiones lo que se intenta es buscar esta respuesta para tener una satisfacción sexual distinta a la que marca la tradicional cultura occidental.

En realidad, la erección, la eyaculación y el orgasmo son tres procesos diferentes, que suelen ocurrir de forma paralela. «Se puede producir una eyaculación sin erección y sin orgasmo, ya que la erección responde a un proceso vascular, y el orgasmo a uno medular, aunque las tres confluyen en un punto anatómico, el pene, pueden producirse por separado», es la explicación que ofrece Francisco José Maldonado, sexólogo y director de la clínica Salud y Láser. Con él coincide Manuel Varela Salgado, uroandrólogo de la Asociación Española de Andrología (Asesa). «Hay individuos que pueden tener un orgasmo sin eyaculación y también eyaculación sin orgasmo, aunque esas situaciones no son habituales».

A esta afirmación, el experto añade que «es posible eyacular con una mínima erección en sujetos que están mucho tiempo sin tener relaciones sexuales y el umbral de excitación es muy alto en pocos minutos». Este hecho es más común que ocurra durante masturbaciones o encuentros no coitales, como el sexo oral, ya que la erección es un reflejo más necesario a la hora de la penetración. Igualmente, es más común en hombres jóvenes. «La eyaculación se produce porque hay necesidad de eliminar un líquido seminal retenido– añade Maldonado– como ocurre en periodos de abstinencia o en las poluciones nocturnas de la pubertad».

Llegar al éxtasis

También se da en hombres que llegan al éxtasis sin eyaculación. El orgasmo es una función relacionada con una estimulación más cerebral, y por tanto, puede separarse de la eyaculación, incluso con entrenamiento, como en el sexo tántrico. Por otra parte, es habitual que orgasmo y eyaculación se separen tras haberse sometido a algún tipo de cirugía urológica. Estos casos muchas veces se deben a desórdenes en la respuesta sexual por el consumo de algún fármaco, así como por alguna dolencia urológica, «en muchos casos hay una eyaculación retrógada, es decir, la emisión y expulsión de semen existe, pero hacia la vejiga, por lo que los pacientes refieren una sensación pero no ven el semen, porque se mezcla con la orina», expone en uroandrólogo.

Si la situación está relacionada con algún problema físico, según el experto, el individuo debe «acudir al médico para buscar solución, que aunque en ocasiones no es definitiva, puede paliar el problema y ayudar a sobrellevar casos como lesiones irreversibles tras cirugías o traumatismo medular».

Estos hombres a veces también tienen dificultades completas o parciales para dejar embarazadas a sus parejas. Para ello, Varela recomienda «realizar terapia sexual para eliminar malos hábitos o fobias, en caso de factor psicológico, electroestimulación peneana en lesionados medulares, y la recuperación de espermatozoides en la orina para realizar después técnicas de reproducción asistida».

Esta respuesta sexual no siempre se relaciona con alguna dificultad física, ya que a veces son respuestas voluntarias y entrenadas, como ocurre con los hombres que practican el sexo tántrico. Así, el sexólogo Francisco José Maldonado, apunta que «puede que se estén buscando otras formas de disfrutar del cuerpo, nos hemos educado en una forma de placer, pero no tiene por qué ser la única, esta idea de erección, eyaculación y orgasmo es más una idea cultural reproductiva que una respuesta fisiológica».

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