Dejan en libertad al Wikiloco.


Tras diez días en prisión, Julian Assange se trasladó anoche a la mansión de campo en la que residirá mientras se resuelve su extradición a Suecia. El fundador de Wikileaks fue puesto en libertad bajo fianza por la Corte Superior británica, que desestimaba la apelación en contra de la Fiscalía.

Recibido a las puertas del tribunal como un héroe por un centenar de seguidores, Assange prometió «seguir trabajando» al frente de Wikileaks y demostrar su inocencia en los delitos sexuales que se le atribuyen.

La jornada fue larga para Assange, que tuvo que permanecer todo el día en el tribunal mientras se reunían los 282.000 euros de la fianza. El proceso fue laborioso por los diversos contribuyentes a la suma, prestada por varios activistas pro derechos civiles, y por tener que hacerse en efectivo.

Desposeído de su pasaporte y con una pulsera electrónica, medidas aplicadas para evitar su huida, Assange marchó por la noche a Ellingham Hall, a 190 kilómetros de Londres. En ese caserón de diez habitaciones, en el que también podría alojarse unos días la madre de Assange, el ex «hacker» deberá guardar un toque de queda. Asimismo, tendrá que personarse diariamente en una comisaría local.

La mansión se encuentra en una finca de 260 hectáreas que sirve como coto privado de caza. Es propiedad de Vaughan Smith, un adinerado reportero de guerra que también posee en Londres el Frontline Club, entidad de debate periodístico.

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